Consejos para ayudar a los niños a afrontar la timidez
LA TIMIDEZ
Como toda emoción, recuerda que es natural, normal y tiene su función. Además no escogemos vivirla, sólo podemos escoger cómo la gestionamos y ahí es donde podemos ayudar a los niños y niñas a tener más herramientas para que esa timidez no se convierta en un problema que limite sus potencialidades.
¿Se nace tímido o tímida?
Sí y no.
Estudios dicen que un 20% de los niños/as nacen con una predisposición a ser tímidos. Son bebés más callados, vigilantes e inquietos ante situaciones nuevas.
Pero más de la mitad de estos niños/as superan esta cualidad genética y no son tímidos cuando crecen.
A su vez, alrededor de también un 20% de niños/as que no mostraban timidez en la primera infancia la pueden desarrollar más tarde como rasgo de personalidad.
Así pues...
¿Qué le hace tímida o tímido?
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El carácter o temperamento con el que nace.
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Vivir experiencias sociales negativas.
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Malas intervenciones paternas, maternas o de la figura de referencia.
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Apego inseguro o un vínculo afectivo poco fuerte.
El papel de la familia y el entorno es clave para ayudar al niño/a tímido/a a superar sus dificultades y que, poco a poco, vaya ganando confianza y seguridad en sí mismo/a, para que así la timidez no se convierta en un problema. Porque...
¿Es un problema la timidez?
¡No!
La timidez es una emoción como cualquier otra y tiene su función. Además debemos aceptar a cada uno tal y como es. No importa que sea tímido/a si el niño/a es feliz.
Tened en cuenta que es muy común en ciertas etapas de su desarrollo (por ejemplo al año de edad cuando aparece el miedo a la separación o en la adolescencia).
NO es una enfermedad ni un problema en sí.
Solo debe preocuparnos cuando le incapacita o limita para hacer determinadas cosas o le impide llevar una rutina diaria normal. Aquí sí deberemos ayudarle a adquirir ciertas herramientas.
¿Cómo podemos ayudarle?
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Lo primero es aceptarlo tal y como es y asumir que su grado de dependencia de la figura de apego puede ser más intensa.
Eso es debido a que cuando siente timidez lo que está experimentando es mucha inseguridad, así que lo que necesita es que le demos seguridad para superarlo.
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No debemos dar excesiva importancia al tema. Cuéntale que su timidez es algo común que le pasa a muchos niños/as y adultos. Verbaliza lo que siente: "es normal sentirte así", "los sitios nuevos dan vergüenza"...
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Ponle ejemplos de situaciones en las que tú sientes timidez o vergüenza y cómo las afrontas y superas.
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Dale tiempo porque el niño/a tímido/a necesita observar primero el espacio, conocerlo, analizarlo, familiarizarse, reflexionar... antes de interactuar a él.
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Evita la sobreprotección: ni hables por él/ella ni evites las situaciones que le incomodan. Porque todo ello hará que se sienta incapaz de afrontar la vida y/o le aislará socialmente, acrecentando el problema.
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Tampoco le fuerces nunca. No le apremies si no está preparado/a. Lo mejor es no insistir, ni forzar ni mucho menos obligar, porque cuando más le digamos menos conseguiremos.
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Múestrale siempre tu apoyo, comprensión y confianza. Escúchale, compréndele, ten paciencia y muéstrale con naturalidad y poco a poco habilidades sociales, afectivas y de comunicación. Todo ello dará tranquilidad y seguridad al niño/a.
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Nunca le etiquetes. Evita el clásico “es que es tímido/a”. Las etiquetas son tremendamente dañinas y numerosos estudios aseguran que ante una etiqueta, el niño/a no puede hacer otra cosa que cumplirla. Además el niño/a tímido/a suele ser mucho más sensible y crítico con sí mismo/a, así que lo que digas le puede afectar mucho más.
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Tampoco le compares, ridiculices o hagas sentir diferente al resto de niños/as.
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Muéstrate sociable: si tratas de ser sociable y con un comportamiento abierto ante desconocidos o situaciones nuevas, el niño/a adoptará este modelo como la forma natural de actuar.
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Proporciónale oportunidades para relacionarse y donde pueda practicar habilidades sociales, procurando que resulten experiencias positivas y placenteras. Acompáñalo/a al principio y paulatinamente déjale ser más independiente.
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Anímale con pequeños retos. Practicad antes para que sepa cómo actuar y se sienta con más recursos.
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Reconoce sus pequeños avances porque para él/ella son grandes retos superados. Anímale a autofelicitarse y a practicar un diálogo interno positivo.
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LO MÁS IMPORTANTE: la timidez está muy relacionada con la autoestima, la confianza y la seguridad. Así que recalca sus cualidades y aptitudes, dale amor y cariño, sin sobreproteger y enseñándole a expresar sus emociones.
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