La Consejería de Educación ha publicado un estudio sobre los sentimientos de los alumnos durante y después del confinamiento.

El resumen del mismo es el siguiente:

• Durante el confinamiento la mayoría del alumna­do dispuso de condiciones adecuadas para el es­tudio: espacio, recursos informáticos, conexión a Internet… Se estima que el tiempo diario dedicado al estudio osciló entre 2 horas (EP) y 3 horas (Ba­chillerato).
• Las actividades de aprendizaje del alumnado de contextos desfavorecidos fueron más complica­das pues dispuso de menos recursos informáti­cos, tuvo un mayor porcentaje de familiares que perdieron su empleo y dedicó menos horas al estudio.
• Con respecto a la situación socioemocional du­rante el confinamiento, los datos señalan que la mayoría del alumnado recibió un apoyo satisfac­torio y ajustado a su edad. En general la familia y el profesorado fueron la referencia positiva principal para el alumnado, si bien el apoyo desciende y los temores y el malestar personal se incrementan en las etapas de secundaria y FP.
• Las dificultades de adaptación manifestadas du­rante el confinamiento, especialmente del alum­nado adolescente, destaca la importancia de in­corporar el cuidado del bienestar socioemocional del alumnado entre los objetivos principales de un centro educativo.
• La valoración del proceso de enseñanza-aprendi­zaje durante el confinamiento parece asociado a la edad del alumnado. Las estudiantes y los estu­diantes de EP muestran actitudes más positivas en todos los aspectos, mientras que las valoracio­nes del alumnado de las enseñanzas pos-obliga­torias ofrecen más reparos, especialmente en el caso de FP.
• La mayoría del alumnado señala que se sintió bien al volver a clase y encontrarse de nuevo con sus compañeras y compañeros. No obstante, las valoraciones vuelven a depender de la edad en­contrándose valoraciones más positivas en las etapas obligatorias, especialmente en EP. La vuel­ta a la actividad presencial no estuvo exenta de miedos: prácticamente 6 de cada 10 estudiantes de enseñanzas pos-obligatorias reconoció sentir­se preocupado ante la posibilidad de contagiarse.
• Con el inicio de las clases presenciales el alum­nado se mostró motivado para aprender, con­fiado en superar sus dificultades con ayuda del profesorado y seguro de aprobar el nuevo curso que empezaba en otoño de 2020. No obstante, el alumnado de mayor edad presentaba expec­tativas más bajas ante la vuelta a la actividad presencial y también mayores miedos a que el confinamiento influyera negativamente en los aprendizajes futuros.
• Las opiniones manifestadas por el alumnado apuntan a dos retos principales a los que deben enfrentarse los centros educativos: ampliar la atención y el tiempo de aprendizaje del alumnado de entornos desfavorecidos e incorporar el desa­rrollo socioemocional del alumnado entre sus ob­jetivos educativos prioritarios.

Se adjunta el estudio completo.

FUENTE: EDUCASTUR.