Estar preparados
El cambio de horarios, la reducción de las horas de luz y, por tanto, de las actividades realizadas al aire libre, así como el descenso de la temperatura, entre otros factores, influyen en nuestra salud. La mejor manera de evitar el malestar es la prevención.
Mantener una dieta saludable, equilibrada y variada con productos de temporada. Optimizar los niveles de proteína y fibra. Aumentar el consumo de frutas y verduras. Hidratarse. Comer poco y varias veces al día para evitar los picos y bajones de glucosa. Reducir o eliminar la ingesta de comida rápida, precocinada, congelada o rica en grasas. Reducir el consumo de azúcar y harinas refinadas, intentando sustituirlas por integrales. Reducir o eliminar las bebidas alcohólicas, gaseosas o estimulantes (café y té negro). Reducir o eliminar las formas de cocinar no adecuadas, como los fritos. Mantener horarios fijos para acostarse, levantarse y comer. Hacer ejercicio físico moderado. Respetar las horas de sueño.
Es muy importante tratar de ser una persona positiva y realista en el trabajo y en la vida en general. Ser feliz y tratar de hacer felices a los demás es la mejor receta para la salud. ¡Animo y que el otoño no afecte a su salud!
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