El estudio de las MATEMÁTICAS
Las matemáticas, por su particularidad y dificultad, merecen una palabra aparte.
Las matemáticas son ciencias exactas y, en consecuencia, su estudio y aprendizaje exigen precisión, rigor, claridad, orden, método y conexión con los conocimientos anteriores, en los que se apoyan. Si en un curso o en un tema vas mal, y no pones remedio inmediato, te arriesgas a abrir un socavón en tus estudios difícilmente rellenable.
La primera ley del estudio de las matemáticas:
NO DEJES LAGUNAS; NO VAYAS ADELANTE SIN ENTENDER LO PRECEDENTE.
En esta, más que en otras materias, la comprensión lo es casi todo. Y a ella sólo se accede por la vía de la reflexión y del conocimiento de unos datos en profundidad.
Unas sugerencias:
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Es fundamental que tengas bien los apuntes y los ejercicios de clase sin errores.
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No tengas prisa. En matemáticas, tanto la enseñanza como el aprendizaje han de ser lentos; su estudio exige tiempo, paciencia y constancia.
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Ejercicios e imaginación. Las matemáticas son abstractas y exigen, para su comprensión, hacer muchos ejercicios e imaginar cuando estudies situaciones concretas en las que puedes aplicar los datos; todo lo que intentes para hacerlas «visibles» y concretas, será beneficioso. Hay que usar papel y lápiz más que en ninguna otra materia y aplicarse a realizar esquemas, diagramas, ilustraciones.
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Autoevaluación continua. Las matemáticas exigen la autoevaluación continua, que te cerciores de que has comprendido y asimilado lo estudiado. Ya sabes que los conocimientos matemáticos son como eslabones de una cadena y, si no están bien soldados, se puede desprender alguno cuando menos lo esperes y más lo necesites. Una forma de autoevaluarte es repetir los ejercicios hechos en clase cuando estudies, pero sin mirar la respuesta. O bien, ponte tú mismo ejercicios similares y comprueba si eres capaz tanto de plantearlos bien como de solucionarlos.
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Profesor tuyo y de otros. Un buen método para estudiar bien las matemáticas es hacer de profesor de ti mismo. Cuando razones, verbaliza, que te oigas hablar como si te estuvieras explicando el razonamiento paso a paso; ponte también ejemplos a ti mismo. Y si quieres de verdad comprobar si has aprendido, trata de enseñar lo estudiado a algunos compañeros; los más necesitados te lo agradecerán.
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Resuelve dudas. Si algo no te queda claro cuando estudies, apúntalo y pregúntalo a tus padres, a los compañeros o al profesor; no debes dejar nada en el aire.
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Dale los mejores tiempos de estudio. Estudia matemáticas en los tiempos centrales de tu sesión de estudio, ni al principio ni al final; hazlo cuando estés en mejor estado físico e intelectual. Nunca lo hagas con prisas, cansancio o influido por preocupaciones o pasiones como la ira; cuanto más lúcido y sereno, mejor.
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En la resolución de problemas primero lee con atención lo que tienes que resolver, reflexiona sobre los datos y términos que te dan, plantea de forma ordenada los pasos para resolverlo y efectúa las operaciones con orden y precisión. Finalmente, escribe con claridad la respuesta tratando de hacer ver que es la consecuencia lógica de la interpretación de los datos del planteamiento.
FUENTE: LIBRO TÉCNICAS DE ESTUDIO PARA ADOLESCENTES DE ANTONIO GONZÁLEZ
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