Cuando nuestros niños nos desobedecen, lo más importante es ¡mantener la calma! Si nos sentimos desafiados o burlados, podemos actuar equivocadamente.

• Dar explicaciones y criterios es bueno para los “obedientes”, pero puede ser problemático para los “desobedientes”. Si creemos que el niño conoce los motivos por los que le pedimos que se comporte de determinada manera, no está bien repetirlos para “convencerlo”.
• Un buen sistema implica hacerle una advertencia efectiva frente al no cumplimiento. En tono firme, pero sin gritos ni ningún tipo de violencia y una sola vez. La repetición interminable solo agota al adulto.
• Otra buena fórmula es expresar al niño lo que pasará si no cumple lo mandado.
• Si cumple, no pasemos por alto su buena actitud y alabemos sinceramente su ayuda, sin reproches y demostrándoles la alegría que nos produce.
• Si no cumple, es crucial cumplir nosotros con la consecuencia que habíamos anunciado: la pérdida de alguna diversión o disfrutar de algún privilegio, etc.

Fuente: TACO CALENDARIO DEL CORAZÓN DE JESÚS