El mapa mental o conceptual es una técnica de síntesis, ideada por el psicólogo inglés Tony Buzan, que permite la organización, representación y recuperación de la información de forma fácil, espontánea y creativa.

«... un mapa mental consiste en una palabra o idea principal; alrededor de esta palabra se asocian 5-10 ideas principales relacionadas con este término. De nuevo se toma cada una de estas palabras y a esa se asocian 5-10 palabras principales relacionadas con cada uno de estos términos. A cada una de estas ideas descendientes se pueden asociar otras tantas» (T. Buzan).

Esta técnica es conocida con diversos nombres que resaltan alguno de los aspectos de su identidad: mapas de palabras, mapas conceptuales, mapas de ideas, mapas mentales y clúster (reagrupación, racimo).

Los mapas conceptuales tienen dos propiedades principales: la estructura no es lineal, como puede ser la de un trozo de texto o la toma de notas convencional, y su crecimiento va del centro a la periferia como lo haría una explosión. Las ideas fluyen más rápido y se relacionan más libremente desarrollando nuestra capacidad de relacionarlas de manera novedosa.

Nuestro cerebro trabaja por conexiones y asociaciones cuando recoge, procesa y almacena la información. El mapa mental parte de este dato biológico y organiza la información de forma irradiante, desde un núcleo central con ramificaciones sucesivas hacia la periferia. La representación gráfica es muy similar al dibujo de una neurona que seguramente ya conoces.

Son más creativos, intuitivos y fáciles de recordar que las anotaciones, esquemas y cuadros sinópticos. Despiertan el entusiasmo de aprender, evitan el aburrimiento y permiten el desarrollo pleno de las capacidades mentales.

Los mapas mentales contribuyen a aumentar tu capacidad para estudiar y aprender mejor y más rápidamente.

¿Cómo se hacen?

• Utiliza una hoja en blanco, sin cuadrícula. Ponla en horizontal.
• Usa lápices de colores y goma, pues tendrás que borrar.
• No uses frases largas; preferiblemente, sólo palabras, símbolos e imágenes.
• Escribe con letra clara, legible y llamativa. Utiliza palabras claves (verbos, adjetivos, sustantivos). Y una palabra por línea.
• Comienza a escribir desde el centro hacia afuera, en todas direcciones. Parte de la idea central (en el centro de la hoja) y cada idea secundaria plásmala en una rama diferente y con un color distinto. Estas ideas principales se rodean con un círculo u otra figura geométrica.
• Utiliza flechas para unir los círculos o núcleos que están relacionados.
• Si quieres seguir un orden en las ideas, guíate por el sentido de las agujas del reloj tanto para hacerlo como para leerlo.
• No pienses que el mapa puede estar definitivamente acabado, siempre lo puedes ampliar y perfeccionar. Para eso están el repaso y la reflexión sobre lo que has escrito.
• Diviértete, sé creativo y piensa que estás haciendo un «cuadro» para aprender mientras estudias.

Como es fácil de deducir, los mapas mentales pueden ser sencillos o simples y complejos o amplios, según sea la cantidad de información a la que se refieran. Lógicamente los que tú realices en esta etapa de tus estudios serán de los primeros.