Ya tienes tu lugar de estudio. Ya sabes cómo han de estar dispuestas las cosas para favorecer el trabajo. Ya has hecho tu horario de trabajo y has asistido a clase. Llega ahora el momento de enfrentarte en soledad al estudio.

¿Por dónde empezar?

PROGRÁMATE

Antes de ponerte a estudiar, deberías formularte tres preguntas:

• qué tengo que hacer,
• cuándo lo tengo que hacer,
• cómo lo tengo que hacer.

A la primera pregunta debe responder tu agenda; a la segunda, tu horario de trabajo personal en casa; a la tercera, las técnicas de estudio.

Ahora prográmate repasando tu agenda, mira el horario y comprueba su validez para el trabajo que debes realizar. Si no hay nada extraordinario, sigue lo programado; si lo hay, haz un reajuste.

Es aconsejable comenzar y concluir la sesión de estudio por alguna materia fácil, algo que exija menos esfuerzo. Lo que entraña mayor dificultad, tanto en asignaturas como en las distintas partes de un tema, encáralo en el tiempo central. Por ejemplo, puedes comenzar con el sedimento de las clases recibidas en el día y terminar preparando las clases del día siguiente; y en el tiempo central, estudiar algún tema o materia con profundidad.

Procura no engañarte a ti mismo y cronometra los tiempos, porque te puede ocurrir que te entretengas más de la cuenta en lo agradable o fácil y no te llegue el tiempo para estudiar lo que necesitas y debes.

FUENTE: LIBRO TÉCNICAS DE ESTUDIO PARA ADOLESCENTES DE ANTONIO GONZÁLEZ