El esquema consiste en estructurar, por orden de importancia, las ideas y conceptos más importantes del texto. Lógicamente hay que utilizar pocas palabras, pero esenciales.

Los esquemas son como las estructuras de hormigón que tantas veces has visto cuando se hacen edificios nuevos. Son como el esqueleto de la información.

Hacer un esquema te será una actividad doblemente útil. Por una parte, aprenderás a sintetizar lo escrito en un tema; por otra, si tienes que redactar algo, lo mejor es trazar un esquema inicial, la estructura del edificio, y después desarrollarlo poniendo los «ladrillos» hasta completarlo.

Al hacer un esquema, parte siempre de las palabras subrayadas previamente en el texto, pues un buen esquema es como la organización gráfica y visual del subrayado. Por tanto, ha de ser sencillo, claro, limpio y perceptible en un solo golpe de vista.

Conviene hacer los esquemas en hojas separadas, limpias y sin otro tipo de texto escrito. De esta forma, podrás reunir fácilmente todos los esquemas de los temas y repasarlos con más comodidad.

Ordena las ideas según su importancia. En primer lugar, las ideas principales; debajo, y un poco más a la derecha, las secundarias; más a la derecha y debajo, los detalles y un ejemplo. Puedes completar la claridad del esquema utilizando colores, diferentes tipos de letra y números para resaltar los grados de importancia de las cosas.

Una de las ventajas de los esquemas como técnica de estudio es la posibilidad de tener la visión de conjunto del texto en una sola página. Al hacerlos, comprenderás mejor lo que estudias, y te serán de gran ayuda para el repaso.

Para su estructuración puedes utilizar llaves, flechas, rectángulos, números o letras, o la combinación de varios de ellos.

FUENTE: LIBRO TÉCNICAS DE ESTUDIO PARA ADOLESCENTES DE ANTONIO GONZÁLEZ