Hay muchas formas de prestar atención y mantenerla en la clase, nos fijamos en algunas de las más eficaces.

Si quieres mantener la atención en clase, provócala. Sitúate en un buen lugar del aula, procura no tener impedimentos para ver y oír al profesor o a quien hable; para ver la pizarra o la pantalla.

Mira al profesor, no te centres sólo en lo que tienes en tu mesa. La mímica, el lenguaje no verbal, también comunica y te está transmitiendo información.

Estimula tu actividad mental buscando la lógica de lo que expone el profesor, comparando lo que dice con lo que ya sabes, proyectando la utilidad para ti de lo que explica.

Subraya. Cuando el profesor explica puede seguir más o menos fielmente el esquema del libro de texto. Si lo hace, te conviene utilizar la técnica del subrayado sobre el mismo libro y escribir notas complementarias en los márgenes de cada hoja. Estas anotaciones serán de palabras aisladas, dibujos o símbolos.

El subrayado es una técnica de atención a la lectura y de clasificación de la información. Sirve tanto para estar activamente en clase como para estudiar bien, por esa razón lo vemos ahora y más adelante, cuando hablemos de las técnicas de análisis.

Es recomendable que en clase o durante el estudio tengas a mano dos lápices de colores, mejor que bolis o rotuladores, para subrayar en el libro. Con un color puedes señalar los conceptos según se vayan diciendo en la explicación; con el otro color, las definiciones y los datos fundamentales.

En lo que insista mucho el profesor o recalque como importante, pon en el margen un punto de color, o un símbolo que te recuerde, cuando lo estudies, que eso hay que aprenderlo y además te lo pueden preguntar en el examen.

Un defecto muy común que deberías evitar es subrayar todo o casi todo. Muchas veces, al ver los subrayados de algún estudiante, lo primero que piensas es que ha hecho un trabajo inútil, pues para subrayar todo es preferible dejar el libro como está.

No. Se trata sólo de subrayar palabras concretas, de forma que viendo esas palabras resaltadas, se pueda hilvanar fácilmente el discurso que recomponga la totalidad de ideas expresadas en el libro o en los apuntes.

Toma notas. Conviene que al lado del libro tengas unas hojas sueltas para tomar notas. Las mejores son las que tienen perforaciones, de las que después se pueden insertar en un bloc de anillas en el apartado correspondiente. Para escribir precisarás dos bolígrafos de distintos colores.

Escribir en clase, durante la presentación o explicación que haga del tema el profesor, es una forma muy práctica de obligarte a prestar atención. Lo que se escribe se recuerda mejor que lo que sólo se lee; lo que se ve es más duradero que lo que se escucha. Por tanto, tomar notas mientras se escucha en clase o se estudia es de gran ayuda.

Estas anotaciones de clase también se suelen llamar apuntes, pero aquí preferimos dejar este último término para la elaboración propia de la información de una forma completa durante la fase de estudio personal. Las notas de clase son un medio para mantener la atención activa en el aula.

La explicación de clase te debe ayudar a clarificar el grado de importancia de los datos de la información. El profesor suele utilizar distintos métodos para indicarlo, desde el tono de voz hasta los medios audiovisuales o la clásica pizarra.

En las hojas que utilices para tomar notas, deja márgenes a derecha e izquierda, arriba y abajo; te serán muy útiles para completarlas durante la misma clase, cuando las repases o las contrastes con el libro.

Estas hojas de anotaciones son un borrador, no tienen por qué estar perfectamente ordenadas y limpias; aunque, si lo están, menos trabajarás en la sesión de estudio posterior. Te ayudará mucho poner la fecha y la página del libro a que aluden, también es bueno utilizar los mismos epígrafes que el libro de texto, así no te perderás cuando lo estudies.

Al finalizar la clase, o en otro momento no muy distante de la explicación, conviene que te ayudes de las anotaciones de otros compañeros para completar lo que se te haya pasado; pídeles lo que ellos han escrito o pregúntaselo de palabra. Si dejas lagunas, después te será más difícil seguir la próxima explicación o estudiar.

Es importante también que tomes notas de las preguntas que hacen tus compañeros y de las repuestas del profesor. Cuantos más datos reúnas, mejor.

Un defecto muy común de algunos alumnos es querer escribir al pie de la letra todo lo que dice el profesor. No se trata de escribir al dictado, sino de captar la idea y expresarla con los propios términos, expresiones y símbolos.

Las anotaciones o apuntes han de ser, por su propia definición, breves y claros. No tengas miedo de ser breve y de escribir telegráficamente haciendo esquemas de lo que vas oyendo. Al principio cuesta un poco, pero después te irás dando cuenta de la importancia y eficacia de este hábito de trabajo. Te vendrá bien aplicar en este momento la técnica de los mapas mentales que veremos más adelante.

El hábito de hacer anotaciones no lo debes reservar sólo para las clases. Te será muy útil hacer la ficha correspondiente de cada conferencia a la que asistas y siempre que seas oyente de un curso, cursillo, conferencia o acto con un cierto relieve cultural.

Para tomar notas en tus apuntes personales y para señalar lo destacable del texto, te vendrá bien inventar tu propio código de signos, hacerte como un diccionario, para ser más rápido e intuitivo.

Te pueden servir de inspiración y referencia los códigos que utilizas para enviar mensajes con el teléfono móvil. Incluso hay páginas web, como diccionariosms.com, que los recogen.

Elige dos o tres colores, no más, para subrayar, tomar notas y hacer apuntes. Dales siempre el mismo significado: el color azul para el texto común, el rojo para señalar los conceptos y su definición, el negro para datos importantes. Sigue el mismo criterio si usas rotuladores de tinta transparente.

Utiliza las mayúsculas, la letra cursiva y la negrita como posibilidades creativas para resaltar lo importante cuando escribas.

Otros códigos han de ir en la línea de abreviar palabras para tomar notas con más agilidad. Algunas son ya muy comunes y las utilizan todos los estudiantes, pero otras las puedes inventar tú mismo; personaliza tus códigos y anótalos en la primera hoja de los apuntes para asegurarte su comprensión cuando estudies.

FUENTE: LIBRO TÉCNICAS DE ESTUDIO PARA ADOLESCENTES DE ANTONIO GONZÁLEZ