Hoy, la comunidad educativa del colegio Nazaret ha recibido la visita de un miembro muy querido de nuestra familia: la misionera Pilar Boves, Hija de María Madre de la Iglesia. Debido a las restricciones sanitarias, no pudimos estar todos juntos y la hermana Pilar tuvo que multiplicarse para contarnos por etapas sus vivencias en Mozambique.

De sus palabras siempre se desprende alegría y comprensión, y el enorme cariño con que se acerca a todas las personas de su entorno, sea el que sea. Ha vuelto a su Gijón natal y casi no se hace a la idea de que no va a volver a Mozambique, donde “dejé a mi familia, porque con ellos viví los últimos nueve años”.

Se dirigió a los alumnos de E. Primaria y ESO en el tono cercano y positivo que siempre la acompaña, para contarnos cómo la Covid-19 interrumpió el funcionamiento de la "escolinha" que fundó hace años junto con otras dos hermanas de la congregación de las Hijas de María Madre de la Iglesia. Aunque el problema sanitario de esa comunidad no es “el corona”, si no la malaria, el sida y, sobre todo, la falta de agua potable.

Nos contó cómo el cargo de los hijos, de la casa y del trabajo en la machamba (el campo) pesa todo sobre los hombros de las mujeres; nos habló también de la alegría permanente de los niños que hacen juguetes con cualquier sosa y, a las 12, cuando comen en la escuela antes de irse a casa (porque si no, no comerían…), dejan los platos tan limpios que los gatos de las hermanas no tienen nada que comer.

Ahora tiene que hacerse otra vez a esta comunidad asturiana que fue la suya, en la que dice que no sabe ni vestirse para el frío, pero su naturaleza inquieta y bondadosa la lleva a escuchar a todo el que necesita contar , a ayudar a cualquiera que lo necesite, a buscar trabajinos que hacer para su comunidad… No olvida ni un minuto su misión: “los misioneros somos misioneros siempre, somos como un puente entre Dios y los hermanos, los puentes sirven para pasar al otro lado, ¿verdad?, pues eso somos”.

¡MUCHAS GRACIAS! ¡Y VUELVE A VERNOS PRONTO!