"Si hiciéramos caso de las respuestas que, de acuerdo con el trabajo cooperativo en boga, los portavoces de los distintos grupos manifestaron, los objetivos de la convivencia de 4º de ESO se alcanzaron sobradamente.

Hubo unanimidad en que se divirtieron y aunque lamentablemente uno de los profesores tuvo que retirarse debido a una microrrotura en el recto anterior, los alumnos se sorprendieron con su buen tono físico durante el juego de la bandera en el patio del seminario. Sus reglas uno no sabría precisarlas: resulta más fácil describir las carreras, las pilladas, las estrategias fallidas y las risas sin cuento. No hay nada más chocante para un alumno que descubrir a sus profesores fuera de escena. También muchos destacaron la visita a la biblioteca del Seminario donde se guardan libros y revistas, fundamentalmente de carácter religioso y donde se custodian además manuscritos e incunables. La foto de grupo fue obligado sacarla allí.

Y el tiempo pasó más rápido que lo que se tarda en comer un espárrago, lo cual es síntoma indiscutible de entretenido pasatiempo. Cuando volvíamos para el Colegio, un alumno comentó que todos habíamos estado unidos sin distinción de clases –entiéndase A, B y C-. Nos pareció como conclusión un comentario de lo más certero para describir la convivencia."